Todo ser humano está hecho del mismo “material” independientemente de la raza, credo color, nacionalidad, nivel de estudios, nivel social, cultural, económico y otros tantos detalles que consideramos como diferencias.
En algo todos somos iguales,
1.- Somos espíritu, lo cual está “formado” de:
conciencia, intuición, comunión
2.- Somos alma , “formada” de:
Emociones, voluntad, mente
3.- Somos Cuerpo, formado por partes visibles a diferencia de los otros dos aspectos mencionados (aunque la parte interna del cuerpo no es visible a los ojos de todos pero son partes comprobables, por así decirlo)
Fisiología, morfología, anatomía
Al parecer, según lo que he observado en lo que he conocido en el mundo que me rodea, muchas personas “dicen” que quieren cambiar pero también dicen que “no pueden” (yo incluída).
Como soy espíritu soy espiritual igual que todo ser humano en este planeta. Creo en tener una comunión diaria con mi Creador, aunque el ámbito espiritual es tan amplio me diferencia de otras personas la fuente de donde “bebo mi alimento espiritual”
En un tiempo, muy largo por cierto, creía que era indispensable practicar devotamente cierta doctrina, practicar todo tipo de rituales etc. hasta que me dí cuenta que nada de eso me iba a cambiar. No sabía que una parte me correspondía hacer a mí y no era rezar ni orar ni diezmar etc. etc. etc.
Puedes practicar todo lo que te dicten tus directores espirituales, pueden incluso tener experiencias sobrenaturales pero si persistes en hacer lo malo en retener por ejemplo el resentimiento, seguir alimentando un deseo de venganza, envidiando, siendo dominado por celos o envidia, codiciando aunque te untes agua bendita todos los días nada en tu mente va a cambiar y como consecuencia tu vida va a continuar estando contaminada de emociones negativas que te seguirán haciendo daño.
Es necesario que hagamos elecciones que nos traigan sanidad, elecciones que alimenten y nutran de verdad el espíritu alma y cuerpo, no podemos separar las partes, están unidas y se influyen una a otra para bien o para mal.
Es necesario persistir hasta que el cambio quede bien establecido en la mente para que dejemos de “comer frutos amargos” y crezcan los frutos buenos y podamos disfrutar una vida mejor, más plena.
Atte. Sonia M. M.